13 Días

Japón diferente; duerme en un monasterio

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Entre budas milenarios, templos de tejados imposibles y montes sagrados se puede atisbar el perfil, apenas un borrón, de un tren bala…

Ese es el contraste de Japón, un país que se distingue por combinar tradición y modernidad casi a partes iguales. Un lugar donde adquirir las últimas novedades tecnológicas y, al mismo tiempo, contemplar las más antiguas tradiciones

 

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Día 1: Madrid - Tokyo

Salida del vuelo.
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Día 2: Tokyo

Tras escala llegada a Tokyo.
Estancia de 5 noches en el hotel 4-5* y días libres.
Tokio es una ciudad de unos 8 millones de habitantes dónde conviven la cultura tradicional y el mundo occidental. Como cosas poco frecuentes a las que estamos acostumbrados, puedo deciros que es común ir a restaurantes que están en el 5 piso de un edificio, y que se intercalan con oficinas; ir por el precioso barrio de ASAKUSA y cruzarte con una Geisha. 
También os diremos que lugares tenéis cerca de Tokyo imprescindibles para acercaros con vuestro japan raylpass.

Kyoto es una ciudad que difícilmente se acabará un turista: con más de 1.600 templos budistas, cientos de sintoístas, las villas imperiales, 200 jardines catalogados y algunos de los mejores museos del país. Pero no hay que dejarse abrumar, puesto que en un par de días podremos disfrutar de lo mejor de Kyoto, aunque seguramente nos iremos con ganas volver.

The ancient streets of Kyoto are beautiful at night.

 

Uno de los lugares más impresionantes para el viajero occidental es el barrio de Gion; se remonta a la edad media y en la actualidad es el barrio más exclusivo de Geishas de todo el país. Está formado por unas preciosas casas de construcción clásica y por sus calles se pueden ver auténticas Geishas que son atacadas por innumerables flashes de turistas en cuanto pisan la vía pública.

Si se desea se puede ir a una ochaya –casa de té- y contratar los servicios de estas damas, pero para ello es muy recomendable ir acompañado de un japonés, sino será muy difícil que nos permitan acceder a sus instalaciones –por cierto, al contrario de lo que creen muchos occidentales, las Geishasno son prostitutas, sólo entretienen con sus dotes artísticas a los hombres de negocios-.

De todos modos, si queremos disfrutar de las artes japonesas sin tener que desembolsar una gran cantidad de dinero, existe un teatro llamado ‘Gion Corner’, dónde se hacen espectáculos clásicos –danzas, kabuki…- y además se muestra a los visitantes los secretos de la famosa ceremonia del té.

Otra visita que no debemos perdernos es un paseo por la calle Pontocho. Al igual que Gion, su arquitectura, que va paralela al río Kamogawa, ha permanecido intacta con el paso del tiempo. Hoy en día la mayoría de los negocios de la calle son restaurantes de todo tipo que ofrecen suculentos platos tradicionales.

Si deseamos disfrutar de una de las artes culinarias más clásicas y ricas de todo Japón, no debemos olvidarnos de probar el kaiseki, un tipo de comida tradicional originaria de Kyoto en el que se le ofrece al comensal una gran variedad de pequeños platos con delicados bocados. En la cultura japonesa se considera un banquete, y degustarlo en los mejores restaurantes de Kyoto no suele ser barato, pero muchos ryokan de la zona también suelen servir kaiseki a sus inquilinos a precios más razonables.
Si queremos escoger algún templo para visitar, una de las elecciones más comunes es el Kinkaku-ji –templo dorado-, un impresionante templo recubierto de oro con un espectacular jardín. En el interior del templo se encuentran reliquias de Buda, pero lo más singular es la integración del templo en el paisaje.
Otra elección común después de visitar el Kinkaku-ji, es ir al Ginkaku-ji –templo plateado-. Hoy en día es un templo Zen que también destaca por su arquitectura y los cuidados jardines que lo rodean.
Pero si lo que deseáis es disfrutar de unas horas paseando plácidamente, el mejor lugar para hacerlo es el Tetsugaku no michi –paseo del filósofo-, un camino junto a un canal con tiendas de artesanos locales a un lado y algún pequeño templo al otro. Si se visitan estos templos se pueden encontrar impresionantes jardines zen, bosques de bambú e incluso algunos de estos templos ofrecen a sus visitantes un té con un dulce para acabar la visita.
Kyoto es una ciudad tan rica en monumentos que incluso en sus barrios periféricos abundan tesoros históricos y artísticos. Es el caso en particular de las dos villas imperiales, una en el sudoeste de la ciudad y otra al noreste. La ciudad de Uji, a sólo 20 minutos en tren del centro de Kyoto, no sólo es mundialmente famosa por su té de calidad excepcional, sino también por albergar el templo de Byodo-in, declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

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Día 7: Kyoto - Miyajima

A la hora convenida salida hacia Hiroshima para después ir a Miyajima. Alojamiento en Ryokan. Estancia de 1 noche. Tiempo libre.


Cuando sube la marea, el santuario de Itsukushima y el ‘torii’, entrada a la isla de Miyajima, frente a Hiroshima, parecen flotar sobre el agua, un milagro que los mantiene vivos.
A las ocho y cuarto del 6 de agosto de 1945, una mañana de verano similar a tantas otras de la húmeda canícula japonesa, Hiroshima quedó reducida a un montón de escombros. El resplandor de Little Boy, la primera bomba atómica de la Historia, dejó marcados para siempre los últimos días de la II Guerra Mundial. Pero sobre las cenizas de la tierra dolorida surgió un símbolo, una ciudad monumento contra los desastres de la guerra, un homenaje a la paz del que resulta imposible abstraerse. 
Desde el mar, las vistas del templo Itsukushima Jinja, con su tori flotante –puerta al templo-, están consideradas uno de los paisajes más bellos del archipiélago japonés.
Al tratarse de una isla sagrada, antiguamente estaba prohibido nacer, parir y morir en ella, por lo que las mujeres tenían prohibido el acceso y los ancianos eran evacuados para que fallecieran en cualquier otro lugar.

Delicias culinarias:
Las ostras son sin lugar a dudas el sello de la isla y, con toda seguridad, lo que más sorprenderá al turista occidental acostumbrado a comerlas al estilo francés. Los japoneses las cocinan de multitud de formas, pero personalmente sugeriría probarlas rebozadas. Se trata de un plato delicioso, crujiente en su exterior, meloso y suave en su interior, que gustará a todo el mundo, incluidos los que detestan las ostras.
Paseando por la playa, por los alrededores del templo o por el castillo, se encuentran una gran cantidad de ciervos que se cruzan de forma natural con la gente, al igual que ocurre en Nara. Hay que tener cuidado con ellos porque, acostumbrados a que les ofrezcan comida, son capaces de morder y llevarse cualquier cosa que tengáis descuidadamente en las manos.
Los más deportistas pueden subir a la montaña sagrada de la isla, Misen san, a cuya cima se llega en unas dos horas andando y desde la que se puede ver el precioso paisaje del templo y el mar.
Por último, si seguimos el camino de la montaña un poco más, llegaremos a un grupo de pequeños y preciosos templos construidos en honor a Kobo Daishi –un famoso monje budista, pintor y poeta-.

En uno de estos templos hay una llama que, según cuentan, lleva 1.200 años encendida y que cura las enfermedades de aquel que se tome un té de la tetera que cuelga sobre ella, según una antigua leyenda.

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Día 8: Miyajima - Kobe

Salida hacia la ciudad de Kobe. Alojamiento en el hotel Tiempo libre.
Qué ver y hacer en Kobe.
Disfrutar de las vistas desde el Parque Meriken construido para conmemorar el 120º aniversario de la apertura del puerto de Kobe.
Si nos apetece mucho, subir a la Torre del Puerto de Kobe y disfrutar las vistas de la bahía. Si no, simplemente disfrutar de su forma hiperboloide y color rojizo.

Visitar el Parque memorial del terremoto de Kobe y aprender un poco más sobre el desastre natural que azotó la ciudad el 17 de enero de 1995. Aunque está todo reconstruido, se ha dejado una pequeña zona tal como quedó tras el terremoto, para que todos podamos recordar su magnitud.
Comprarse un nikuman en el barrio chino Nankinmachi y dar un paseo por el Chinatown de Kobe, que es bastante parecido a cualquier otro Chinatown del mundo. Allí también podemos comer auténtica comida china en los muchos restaurantes chinos que hay.
Sentirse como en casa en el barrio de Kitano lleno de ijinkan o casas de extranjeros y un ambiente muy colonial.
Subirse al teleférico Shin-Kobe Ropeway hasta los jardines Nunobiki Habu-Koen y disfrutar de las vistas de la bahía de Kobe. Si bien para subir recomiendo coger el teleférico (además de que es una manera muy bonita de subir hasta la cima y disfrutar de las vistas), bajar es relativamente fácil andando y sólo se tarda una media hora.
Hacer un poco el friki viendo la estatua a tamaño real del robot Tetsujin 28-go, ¡muy chulo!.
Comer auténtica carne de Kobe…. Lo mejor es huir de las zonas más turísticas, buscar restaurantes alejados o preguntar en nuestro hotel para que nos indiquen un sitio auténtico. Y a disfrutar.

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Día 9: Kobe - Monasterio

Hoy alojamiento en un monasterio. Una experiencia realmente auténtica.
Originalmente pensados para alojar a peregrinos, en la actualidad existen algunos templos budistas que han abierto sus puertas al público y ofrecen la oportunidad de experimentar de primera mano la vida en un templo. Tienen jardines y edificios antiguos perfectos para la meditación y el relax. Las comidas que se dan en el templo son vegetarianas.

Por la mañana, sobre las 6 o 7 de la mañana, se realiza una sesión de meditación matinal voluntaria, a la cual se invita a participar a los turistas que se encuentran alojados. Esta inmersión cultural resulta realmente impactante

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Día 10: Monasterio - Kyoto

Salida hacia Kyoto de nuevo para pasar las 2 últimas noches.
Tiempo libre.
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Día 12: Kyoto - Osaka - Madrid

Tiempo libre hasta la salida hacia Osaka para tomar el vuelo de regreso a España.
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Día 13: Llegada a Madrid

ras la escala salida de nuevo. Abróchense los cinturones , aterrizamos en Madrid sobre las 11:30 contentos y felices de todas las experiencias Wau! vividas.

Comentarios Viaje

5.00 based on 2 reviews
23 agosto, 2017

Nos ha encantado la mezcla moderna y tradicional que tiene japón, nos ha encantado Takayama y miyajima y la experiencia en el monasterio ha sido genial! gran recomendación por vuestra parte pues se sale de lo típico. Los hoteles también bien y el ryokan de Miyajima mágico! Lo recomendamos a todo el mundo!

14 enero, 2017

Lo que más nos ha gustado: Kanazawa muy bonito, pero prescindible fuera de la época de floración.
Tokyo y Kyoto obligatorios, claro.
Hiroshima impactante. Te da la vuelta al alma.
Miyajima y sobre todo, la ascensión al monte Misen y sus vistas, impresionantes!
Nos ha encantado el viaje. Inolvidable!

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