Días 7 y 8 Bali (Sanur)
Desayuno en el hotel.
Días libre para el relax o excursiones opcionales. Durante estos días tenéis incluidas estas excursiones:
Templo de Tanah lot, Ulun Dalu, terrazas de arroz, mercado de frutas, bosque de los monos y al pueblo de Bedugul y Jatuluwih.
A Bali se llega expectante y se regresa hechizado; enamorado de un paraíso esmeralda lleno de vida y contrastes. De esta isla, tan bien llamada de los dioses, se han escrito ríos de tinta, tantos, que mientras la sigan cuidando como hasta ahora, nunca dejarán de fluir, porque quienes lleguen a ella, acabarán enamorándose de Bali y tendrán la necesidad de contar a los cuatro vientos las maravillas que ofrece este paraíso indonesio, porque se habrá metido en sus almas.
A Bali sólo le sobra una cosa: la lejanía. Pero a poco de pisar el aeropuerto de Dempasar, al viajero se le olvidan, como por ensalmo, las horas de viaje, y nada más llegar sus cinco sentidos se ponen de inmediato a procesar sensaciones sin descanso.
Desde un primer momento Bali ofrece una luz especial, la del Trópico, donde los colores parecen que son más colores que en otros lugares de la Tierra. El aire también huele distinto, y la ausencia del temido calor envuelve al viajero en una paz que predispone a olvidar el palizón del largo vuelo.
Enseguida asaltan a las pupilas los primeros altares, las primeras ofrendas a los dioses del larguísimo panteón de Bali, y los primeros templos que, desde el mismo momento de llegar, ya no dejarán de formar parte de la estancia del viajero, hasta hacerse tan familiares que, al regreso, incluso se echarán de menos.
También, enseguida, aparecen las primeras sonrisas, los saludos con las manos unidas a la altura del pecho y el salamat tinggal ( bienvenido), y las miradas de los balineses y balinesas, oscuras y profundas, pero extrañamente familiares. Y es entonces cuando el verde empieza a apoderarse del alma del viajero, de un modo lento, casi inapreciable.
Comentarios Viaje
Estuvimos mi novio y yo este verano (2018) y fue espectacular la experiencia. Fue muy cómodo tenerlo todo organizado de antemano (transfers del aeropuerto al hotel, excursiones, hoteles, vuelos, atención por parte de WAU durante el destino, seguro de viaje en caso de que algo ocurriera…).
Bangkok es una ciudad enorme, caótica, calurosa pero muy divertida y auténtica. Puedes disfrutar de templos, ruinas, mercados flotantes, barrios con mucho encanto, experiencias gastronómicas espectaculares así como street food muy bueno, grandes avenidas, espectaculares roof tops, masajes increíbles…
Posteriormente fuimos a Bali y nos gustó aun más. Es una isla paradisíaca en donde no te aburres. Nosotros alquilamos moto casi todos los días y nos perdimos e improvisamos para descubrir la isla y conocer la cultura, la gente y sus tradiciones. La gente de Bali te marca y es, entre otras cosas, lo que te hace tener ganas de volver en algún otro momento de tu vida. Si eres un amante de la naturaleza y el paisaje, este es tu sitio. Nos quedamos con ganas de visitar Lombok o las Gili pero no teníamos tiempo y nos daba algo de respeto la temporada de seísmos que están viviendo.
Por finalizar, recomiendo perderse por Bali y evitar las zonas más turísticas de Seminyak. Beach Clubs chulos y australianos de fiesta puedes encontrarlo en Ibiza. Sal de «lo más turístico» y descubre el verdadero Bali que eso merece mucho la pena ; )
Este viaje es absolutamente espectacular. Lo realizamos en nuestra Luna de Miel y tanto los hoteles cómo los guías seleccionados por Wau son 100% recomendables.
Perderse en el bullicio de Bangkok, visitar sus palacios y templos, sentir la amabilidad de la gente es memorable. Poder disfrutar de la naturaleza y especialmente la espiritualidad de Bali es impagable (nos encantaron el templo de Bedugul y la vista de los campos de arroz).
Gili Trawangan es lo más parecido al paraíso, el hotel donde nos alojamos es único, al igual que su playa de arena coralina (recomendable llevar calzado para el baño). Volvimos con la sensación de no querer irnos nunca de allí.
Es un viaje que merece la pena.
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